viernes, julio 20, 2007

5 AÑOS

Hace 5 años exactamente me casé con mi esposa. Hoy cumplimos nuestras bodas de "papel", si mis limitados conocimientos de reglas sociales no me engañan.

Y debo reconocer que han sido 5 años muy felices, con altas y bajas, como seguramente pasa en todos los matrimonios, pero nos ha ido realmente bien.

Hemos tenidos días muy difíciles, como cuando perdimos nuestro primer bebé, o cuando el mismo día se robaron nuestro auto, y mi madre entró al hospital muy grave. O cuando cuando debimos renunciar a comprar el departamento de nuestros sueños porque nuestros proyectos laborales se vieron seriamente afectados.

Y también hemos pasado de las otras, como cuando finalmente pudimos tener nuestro hijo, que nos ha dado tanta felicidad, o como cuando mi esposa consiguió ese trabajo dorado que todos anhelan.

Pero lo más importante ha sido que siempre hemos sentido que Dios ha estado con nosotros en todo momento. En las buenas, en las malas, en las duras y en las facilitas. Nunca nos ha faltado amor, cariño, entrega. Nunca nos ha faltado nada que necesitemos, aunque si hemos pasado por épocas de "vacas flacas", pero siempre hemos sentido su respaldo.

En mi país (Ecuador) los índices de divorcios son realmente alarmantes. Dicen los estadísticos expertos, que cada vez hay menos gente que se casa, y cada vez hay más divorcios, entonces según las proyecciones, para el año 2050, no existirá nadie casado. Los más afectados los niños, quienes crecen con serias deficiencias emocionales, y no son capaces de luego conformar una familia, sino que a la primera de bastos encuentran en la salida fácil: el divorcio. Y así la sociedad se va destrosando... poco a poco.

Y entonces me pregunto, cual ha sido la clave del éxito para que mi matrimonio haya superado el tiempo que ni el 50% de los matrimonios nuevos duran? Y tenga para largo? Y cada día que pasa, nos amamos con más fuerza y nos sentimos más unidos?

Pues solo tengo una respuesta válida: Dios, con su amor y bendición diaria, hace que nosotros seamos un poco mejores cada día, mejores para el otro, para nuestro hijo, para nuestra familia.

Cuando buscamos a Dios todos los días, o casi todos, él nos da la fuerza, la tranquilidad, la paciencia y el amor, para seguir adelante sin importar lo que venga. Él con sus bendiciones nos da todo lo que necesitamos.

Así que si quieres un consejo sabio de cómo hacer para que tu matrimonio dure y sea realmente feliz, ahí está la respuesta amigo: invita a Dios a tu corazón y hazlo centro de tu vida y de tu familia, entoces verás como todo fluye, todo mejora, todo es bendición.

OJO... nadie dice que no habrán problemas.... los habrá y muchos! Pero con Dios a nuestro lado, tendremos la fortaleza y la enteresa para afrontarlos juntos, unidos, felices.

Que Dios les bendiga.